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Con un lleno de "no hay billetes" con la reventa por las nubes, el torero español lidió en corrida matutina seis toros de seis ganaderías distintas.
De Victoriano del Río, gordo y bien hecho, noble, pero de recorrido algo corto; de Jandilla, encastado, algo complicado pero agradecido; de El Pilar, alto, largo, encastado y noble por el derecho; de Parladé, bonito, muy doble, indultado a pesar de no haberlo visto en el caballo, donde fue al relance y sin ponerlo en suerte; de Garcigrande, bajo de casta; y de Toros de Cortés, descastado y parado.
José Tomás, de pizarra y oro, cosechó, sucesivamente, dos orejas; dos orejas; dos orejas; dos orejas y rabo simbólicos en el de indulto; dos orejas, y una oreja. Salió a hombros por la Puerta de los Cónsules en medio de un delirio indescriptible. En casi todos los toros dejo quites variados y marcados del sello de su aguante.
Coliseo de Nîmes. Quinto festejo de la Feria de La Vendimia.
Lleno de No hay billetes.
Toros por este orden de Victoriano del Río, (noble y justo de empuje),
Jandilla (berreón y con poder),
El Pilar (con más poder que clase),
Parladé, (Ingrato, nº 31, negro, 510 kg INDULTADO)
Garcigrande (con calidad y justo de raza),
Toros de Cortés (complicado y con peligro).
José Tomás utilizó durante su histórica actuación en solitario del pasado domingo en Nimes un total de seis muletas -una por toro- y tres capotes. Además, los capotes, confeccionados en la Casa Fermín, eran de seda. Todos los trastos eran de estreno.