Jesús Enrique Colombo cortó una oreja al sexto novillo de la tarde.
Su primer novillo fue brusco en los primeros tercios y se paró pronto en la muleta. La voluntad de Colombo quedó patente. Con el segundo de su lote la faena de muleta empezó por abajo con sitio y corriendo la mano con mando y limpieza por ambos pitones. La estocada entera, contundente el volapié.
Ayer en Madrid el toreo siguió su curso, como lo sigue la vida. La forma de honrar a un torero es toreando.
Ángel Jiménez, saludos tras aviso y saludos.
Ángel Sánchez, palmas y saludos.
Jesus Enrique Colombo, silencio y oreja.