El indulto es el máximo reconocimiento para el toro bravo y el arte de la tauromaquia, acto en que es devuelto a los corrales y posteriormente a su ganadería, donde se le destina a la reproducción para preservar la raza. Lo otorga el presidente de la plaza exclusivamente en corridas de toros y novilladas, a petición de la mayoría del público, del ganadero y del diestro.
Un toro bravo o de lidia deber de tener un excelente trapío que
son los rasgos externos del animal, la morfología de este para
ser semental que reúna las características de la presencia en lo
que sale al albero, tamaño, peso, buena conformación del
tronco, extremidades, cabeza, cuello y la cornamenta.
Que el bovino en la lidia demuestre bravura en el tercio de pica.
En el tercio de muleta el burel debe tener una embestida muy
armónica claro esta como ya lo repetimos, el toro debe ser
repetitivo en cada muletazo, que aguante una gran cantidad de
acometidas citadas por el lidiador, y es aquí donde se da el
toreo bueno. Las arrancadas deben ser con mucha armonía
ritmo y temple.
Al final de la lidia se debe observar muy bien los movimientos
del toro, que no busque la querencia; se define querencia como
el terreno aproximado donde este animal salió al ruedo y allí se
sienta con más poder, que no busque irse hacia las tablas y
termine peleando muletazo a muletazo en los medios del ruedo.