sábado, 10 de diciembre de 2011

Desprecio al "Toro de Lidia"



El Toro de lidia que ha sido criado y seleccionado por su naturaleza, su bravura y nobleza no debe morir en el corral y por eso solo los toros mansos se devuelven al corral sin torear.





La Feria de Quito, uno de los ciclos taurinos de referencia en América, abrió el sábado la puerta de los sustos a unos ejemplares que por primera vez no fueron estoqueados en el ruedo, una medida que no ha aplacado a grupos anti taurinos, que reclaman la prohibición total de las corridas, y que ha causado división de opiniones entre las figuras que han decidido ir o no a torear a Ecuador al no respetarse la Tauromaquia en su integridad.
Enrique Ponce indultó a un bravo ejemplar en la apertura de la feria quiteña Jesús del Gran Poder, la primera corrida sin muerte en el ruedo en el Ecuador tras la ley aprobada este año. Pero he ahí la controversia: los toros no mueren en el ruedo, sino en los corrales.
La Feria de Jesús del Gran Poder de este año pasará a la historia como la primera tras la prohibición de matar a los toros en el ruedo tras la lidia si no en los corrales sin la dignidad que se merecen. Las figuras del toreo han querido acudir a la feria como gesto de apoyo a la afición quiteña y para reivindicar que vuelva a permitirse la lidia completa.

Enrique Ponce, en el transcurso de un almuerzo, se mostró contundente reivindicando el fin de esta medida. "Pedimos consciencia y que se vuelvan a pensar  las cosas, que se deje la libertad de los aficionados de ver la corrida íntegra, como tiene que ser", explicó Ponce, arropado por otro compañero.

"El toro bravo tiene que morir con dignidad y honor, porque es un animal priviligiado. El que no lo conoce puede pensar cosas erróneas, pero el toro vive y existe gracias a las corridas y pedimos que vulva a morir en el ruedo para dar gloria a toda esa especie", reclamaba el diestro valenciano entre los aplausos de los asistentes.

Enrique Ponce actúo de portavoz de los toreros asegurando que "si hay un momento en el que hay que dar la cara es este. En un principio, de la rabia que me dio el enterarme de la prohibición, pensé en no venir, por luego recapacité. Si no vamos es lo que quieren los que han permitido la abolición", explicó a la vez que insistía en que "hay que venir y desde aquí pedir a gritos que el toro vuelva a morir en el ruedo, que es donde debe morir".



Andres Roca Rey